Catorce vecin@s de Madrid, Alcorcón y otros barrios, nos acompañaron en una noche en la que disfrutamos junto a 4 mascotas, incluso la pequeña Silvana nos demostró con su corta edad que podemos llegar a Alcorcón dando un paseo sin ningún impedimento.
Durante el trayecto en las cercanías con la M40, después de correr y jugar entre ellos, a veces atendiendo al rastro de algún conejo que salía corriendo por los alrededores, nos vimos en la tarea de hidratarlos cada uno llevó su provisión.
Casi hemos roto nuestros anteriores promedios de tiempo en llegar a Alcorcón, para descansar en el Parque de los Castillos, nuestros compañeros perrunos hicieron uso y disfrute del pipican, con su fuente, y bancos para que tomaramos nuestros bocadillos y reponer fuerzas.
En este punto algunos decidieron volver en vehículos particulares otros en taxi, y 4 motivad@s caminantes junto a Tango volvimos a pie por el mismo camino que llegamos.
A las 3 de la mañana comenzó el trayecto de regreso, en una noche especialmente agradable, que incluso al pasar por los humedales o la zonas de los arroyos se sentía un par de grados de diferencia por debajo de la media.
La luna y las luces de la ciudad en la lejanía daban una visión diferente a la que nos ofrece la Casa de Campo o nuestros barrios. Algunos de nuestros acompañantes canjnos corrían con sus collares luminosos sin alejarse demasiado, con la libertad de no tener ni ciclistas, ni coches ofreciendo peligro a nuestro alrededor.
Sofía una de las convocantes de la Marcha Perruna que realizó el camino de ida y vuelta, opina que para los perros la experiencia fue increíble, el poder caminar con sus dueños sin tener que enfrentarse a los peligros habituales como coches, ciclistas, entre otras, y está dispuesta a repetir el recorrido que hasta el sábado 13-9-2014 le era totalmente desconocido y considera como valiosa alternativa a la Casa de Campo que esta tan masificada.
Otra apreciación fue el pipican del Parque de los Castillos, que ofrece un espacio amplio para mascotas y dueños con un arbolado adecuado además de seguro, con bancos dentro y fuera, fuentes públicas y además de contar con el parque infantil a tan solo 3 metros, del espacio canino.
Agregando que un parque para nuestros perros en nuestro propio barrio sería increíblemente beneficioso, una alternativa más que estamos viendo se ofrece en muchos otras zonas de Madrid.
Esta vez Juan Garcia Vicente fue casi nuestro fotógrafo oficial, y de tanto en tanto nos comentaba los detalles de que vía pecuaria utilizábamos o que tramo de senda publica correspondía al trayecto. Destacamos una de nuestras obras la de la Rampa Museo del Aire, un tramo que realizamos entre varios vecinos y que benefició a facilitar el paso en un desnivel que existía hasta marzo de este año, en el que había que saltar por encima de una barandilla y luego escalar metro y medio de altura para seguir el trayecto, que da paso a la zona más próxima al parque de las Presillas en Alcorcón.
Finalizamos la crónica del recorrido con otra de las fotos de grupo antes de salir desde Colonia Jardín, en la PRIMER MARCHA NOCTURNA CANINA.
NOTA
Dos días después de esta preciosa caminata Sofía, vivió en su propia carne una mala experiencia en la que su cachorro Hugo fue atropellado por un coche y tras el golpe corrió desorientado y dado por perdido durante varias horas. Afortunadamente sin grandes consecuencias, en lo que nos asegura que más que nunca cobra sentido un Pipican, un lugar donde los perros asustadizos o inexpertos, y distraídos puedan correr y desfogarse sin peligro alguno, ya que todos, necesitan correr, sociabilizar y ser libres de alguna manera; después de esta dura experiencia asegura teme «no poder volver a soltarle»
Un saludo
NesTor